Chau despertador, chau a poner "posponer 5 minutos" la cantidad de veces necesarias como para que terminar llegando exactamente diez minutos tarde. Chau ahogo, chau ruidos, chau encierro, chau asfixie, chau.
No, no me voy al medio del campo, no me voy a rodear de pajaritos y a regar plantas y flores y una escena re linda de película que también a mí me gusta imaginar. Me voy a un lugar mágico.
De día la paz, el agua salada acariciando la piel, y los ojos con su hermosura física, y los oídos con ese sonido imposible de reproducir. Las huellas en la arena, el sonido del viento, el sentir del viento, el viento sobre la piel mojada. Risas (muchas, muchas risas), los "qué pasó anoche", charlas, holas, chaus, más risas otra vez. El voley (risas nuevamente), el sonido del silencio, y después del no-silencio, y el encontrar silencio dentro del no-silencio.
De noche, fiesta.
Y así me encargo de no saber describir a ese lugar que me dio tantas cosas -y me va a dar los próximos días-, pero simplemente queriendo dejar un registro de que CHAU a todo lo anterior y HOLA OLAS.