porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

25.12.09

Gaviota

Ahora a VOLAR ALTO

Cuando me pongo a pensar un segundo, no soporto ésta ciudad y no entiendo cómo estuve trescientos cincuenta días acá. Pero en lo cotidiano, no me atormenta tanto, no estoy tan mal. Sin embargo, las decisiones familiares no me dejan elegir a mí si postergarlo o no. De todas maneras, es mejor. Nunca serví para tomar decisiones.

Así que estoy a pocas horas de soñar un poco. Aunque ya estoy soñando. Soy ilusa, soy de poner expectativas en las cosas, y aunque no sé por qué ésta vez no estoy tan contenta como siempre, voy a intentarlo. Sería traicionarme a mí misma no imaginar cómo todo se va dando perfectamente cuando ya esté en aquel-paradisíaco-lugar. No sería fiel conmigo misma si después no cayera y sufriera cuando me haya dado cuenta que pasaron días y días y no crecí tanto como planeaba crecer.

Planes. Esos planes que me arruinan la vida, esa necesidad que me atormenta cada segundo de pensar qué voy a hacer, cómo lo voy a hacer, qué actitud voy a tomar, de qué manera voy a tomarla, por qué, cuándo, para qué. Preguntas que un día en quinto grado me enseñaron que debían contestar todos los artículos periodísticos, y parece que me tomé tan a pecho ésto de que quiero ser periodista que lo implemento en mi vida diaria. Error.

Sin duda, planeando todo no voy a poder volar alto. Voy a volar bajito, como el pobre Juan Salvador Gaviota tenía que volar. Voy a ser una más limitada por su propia especie. Voy a caer en eso que algún día me prometí no caer.

(Es que el concepto de volar alto consiste en básicamente dejar todo ser, sin pensar las consecuencias ni el por qué de cada actuación. "Si surge por algo será". Allá voy, amigos, a intentar todo éso que debería surgir naturalmente. A intentar algo que ya sus propias reglas implican no intentar nada que no surja sólo. O sea, es un maldito circulo vicioso sin salida. Gracias)

23.12.09

BRANDY

Eras mi cable al cielo. Me transmitías todo eso que en el mundo falta. Paz, pureza, sencillez. Me completabas. Pero te fuiste. Te fuiste pero no fuiste. Sos y vas a seguir siendo LUZ.

20.12.09

Na(ti)vidad

Es que sí, yo vivo la navidad de otra manera. Va más allá de los regalitos y de los fuegos artificiales. O tal vez no tanto.

Es como sí cada 24 de diciembre a la noche me generara una regresión a mi infancia. Éstos días estuve charlando con muchas personas sobre ésto, la gran mayoría considerando que la navidad es un trámite. Ver a los tíos que te dan noventa y ocho besos, hablaban la ridícula cuenta regresiva antes de las doce, de lo comercial que es la festividad, y otras verdades más. Porque, no las niego en absoluto. Pero, por lo menos para mí, la navidad va más allá de eso.
Sí, da fiaca lo saludos de las tías, da fastidio la sensación de que todo es comercial, y da un poco de verguenza propia y ajena el estar todos gritando como unos locos "10, 9, 8.."; pero todo tiene su sentido.

Estamos en un momento en cuanto a la sociedad en el que el noventa y cinco porciento de los hechos son para llorar, un momento en el que mirar el noticiero es una tortura, en el que no sólo estamos permanentemente sufriendo desgracias ajenas si no que la vida de todos (más que nada adultos) está constantemente llena de trabas, fastidio, stress. Poco goce, poca sensación de felicidad, o para los que no creemos en la felicidad completa; sensación inexistente de la felicidad como utopía.

Por eso adoro las navidades. Respeto la religión pero para mí la alegría pasa por otro lado. Es una buena excusa para encontrarse todos, para sonreirse, para contar buenas anécdotas, para contar chistes, para comer la riquísima comida de la abuela, para abrir los regalos apenas pasa un segundo de las doce; y, por qué no, para valorar esos besos babosos y esos gritos desaforados que ansían con ganas el anuncio del cero.

(en pocas palabras, la navidad me llena porque soy feliz viendo feliz)

2.12.09

Cuenta regreutópica

Me pasé el año contando los días que faltaban para que terminen las clases. Lo único que quería era sentirme totalmente libre, olvidarme del colegio, poder estar en mi casa tranquila, durmiendo, mirando televisión, jugando a neopets. Cuando la cuenta regresiva dio 0, me di cuenta que no sé si era eso lo que yo estaba buscando. Me agarró una tristeza interna que me costaba no exteriorizar. Todos estábamos mojándonos y tirándos témpera, y a decir verdad, en ese momento fui una más eufórica y feliz. Pero cuando los potes se acabaron, y ya estabamos tan mojados que seguir con las bombitas de agua perdía sentido, también perdió sentido la maldita cuenta regresiva.

Mis días en el colegio son un arcoiris. Llenos de colores, momentos de risa y momentos de bronca en los que golpearía a más de un profesor. Ahora, es todo más bien llano. Sí, yo me quejaba de la llanura del invierno, y a decir verdad es una horrible meseta. Pero no puedo evitar quedarme con estos últimos días de colegio que fueron fantásticos, que me quedaría todo diciembre yendo al colegio si siguiera siendo así.

La verdad que estoy podrida de a todo encontrarle la quinta pata, de que todo sea negativo, de siempre estar esperando lo que viene. De que nada me conforme, de ser o totalmente mediocre y conformista en algunos aspectos, y de, en otros, pretender siempre lo que no tengo. Porque buscar y conseguir las cosas, pero cuando ese instante llega, no valorarlo, y estar esperando algo que está por venir, es más mediocre que quien nunca busca. Quien es un verdadero triunfador es quien busca y NO encuentra. Quien se pone metas lejanas para simplemente disfrutar del camino. Quien no cuenta los días para ver cuánto falta, si no que los vive como si fuera el último. Es fácil para el que encuentra. El que encuentra vive incentivado porque sabe que va a encontrar las cosas, pero por eso mismo es que no las disfruta. Siempre está el deseo de lo que va a venir, nunca nada de lo que viene le satisface. Y el deseo tampoco es un goce. En cambio, el desafío está en buscar y entender que esa búsqueda es lo que verdaderamente hay que vivir. Gozar de eso, reírse de eso, llorar con eso. No es mediocre quien no encuentra, es mediocre quien no busca. Quien busca eternamente y no encuentra es un afortunado a quien envidio, y públicamente le pido la receta para emprender el camino hacia la utopía que le va a dar a mi vida el sentido que le falta.

25.11.09

Huerta

Creí que ya conocía todo. Que entendía como era el ciclo de cada año, en qué consistía cada fecha. Cuándo iba a sufrir a morir y cuando iban a ser etapas incomparables. Parece que la vida se esfuerza en sorprenderme cada vez un poco más, a veces gratamente y otras no tanto. Y claro, no existía razón para que vaya a repetirse. No tenía que haber por qué pasar de vuelta. Pero para mí así iba a ser, y ya estaba casi totalmente preparada como para soportarlo. "Afeitado y sin visitas", dice un dicho popular. Algo así.

Me encargué de fortalecerme todo el año para las terribles épocas de noviembre. Iban a ser horribles, eso prometían. Eso me juraron el año pasado cuando cada día implicaba más de una lágrima, más de un grito, más de una necesidad cumplida de escapar con Brandy a sentarme y llorar más relajada. Mi escape era el patio o la calle. Me sentaba, ya sea al lado del pasto acá en casa o en algún escalón de cualquier edificio con Brandy al lado, y me dedicaba a mirar el cielo y a desear que nunca se vaya. Las siete, ocho de la tarde/noche, ésa era mi hora preferida. La disfrutaba y a la vez la sufría. En un rato iba a acabarse. El sol se iba a ir casi sin que me diera cuenta y la luna iba a aparecer para hacérmelo notar. Fueron épocas difíciles, mucho más de lo que parece al contarlo.
Necesitaba con urgencia que el año termine, no sabía bien para qué. Nunca me hubiera esperado un noviembre tal difícil y sin embargo llegó y me agarró por sorpresa. Lo sufrí como nunca nada. Soy exagerada, sin duda. Pasé cosas peores en mi vida pero ahí me lloré todo, lo que tenía y lo que no, lo que quería y lo que no. Vale la pena aclarar, también, que soy sumamente melodramática y me encanta la novela. Pero en esos tiempos sentía que se me iba el mundo, que iban a faltar siglos para que encuentre algo para disfrutar. Me sentía totalmente vacía. Todo el tiempo me proponía encontrar algo que me llenara, empezar una actividad, etcétera. Y escribía. Era sumamente repetitiva, todos los días me ponía los mismos objetivos y al otro día ahí estaba de vuelta. Llorando en el mismo rincón, escribiendo lo mismo con otras palabras.

El colegio se terminó y supongo que diciembre me llenó un poco. Las lágrimas no aparecían más. Pero seguía desesperanzada. Sintiendo que la vida no me hacía feliz, que no había nada que yo realmente disfrutara.

Las vacaciones llegaron y no sé por qué las esperé con tantas ganas. Las pasadas no habían sido las mejores, habían sido mediocres, como más de una cosa en mi vida. Sin embargo, necesitaba alejarme de todo. Escribí, en algo más privado que ésto, que no ponía muchas expectativas en cuanto a cómo iba a pasarlo, pero sin embargo necesitaba alejarme de mi casa. Respirar de ésto.
Me fui y fueron las mejores vacaciones de mi vida. Otra vez más, me sorprendió. En el momento fue todo tan rápido que casi no me di cuenta de la sorpresa. Cuando volví y tomé conciencia de cómo la había pasado, ahí fue un golpe. Volví y estaba llena de vuelta. Llena y con la mente puesta en: ahora entiendo cómo es la vida, cómo va a ser cada año. Año neutro, sufrimiento extremo en noviembre, y después las vacaciones, para llenarme otra vez.

Ahora estoy sorprendida. Éste noviembre no me vació. Tuve el desgaste común, el mismo que en marzo o en julio. Me di cuenta que cada año me va a hacer darme cuenta que es distinto al anterior, que el mundo está distinto y yo también lo estoy. Aunque insista en que no cambié nada, algo debo haber cambiado.

El punto es que ahora estoy más que tranquila, en cinco días se acaba noviembre y todavía no me llegó el supuesto "síndrome noviembre". Si revisan algún texto, van a ver que siempre hago referencias del estilo "y eso que todavía no es noviembre!".

PD: espero no sorprenderme en cuanto a mis vacaciones. Espero que de vuelta sean fantásticas. Aunque, como ya hice referencia en el texto anterior, cuando uno siembra tantas expectativas en algo, en general, parece mucho más mediocre de lo que en realidad es. Voy a tratar de arrancar, escupir, sacar los espantapájaros, poner un sol que raje la tierra para que seque lo que sembré y no sembrar más nada. Ver crecer a las plantas silvestres, sin esperar nada. Sonreirle a las carnívoras y a los tréboles de cuarenta y nueve hojas.

16.11.09

M de mediocre, N de Natalia

Es que sí, me hago cargo. Todo es culpa de mi cabeza. Que sueña y sueña, que se permite poner miles y miles de expectativas en algo, dejando a un lado que cuando uno hace eso, ese algo cuando por fin sucede, parece mucho peor de lo que en realidad es. No sé si me explico, pero tampoco me importa explicarme. La cuestión es que ya empecé a sufrir eso en que puse infinitas (literalmente) de expectativas. Y cayeron las primeras lágrimas de verano. Esas que el año pasado me atormentaban y que ahora se asoman muy cada tanto. ¡Hasta mis lágrimas quieren ayudarme con esa mentira de que algo crecí! Porque ahora en vez de llorar para fuera lloro para adentro sin siquiera darme cuenta. Y el domingo que me dejé ser, que dejé caer esas lágrimas (es gracioso que lo digo como si hubiera sido una elección y tuve que irme de donde estaba porque ya no soportaba ese nudo de garganta, que sólo desapareció transformándose en lágrimas), me di cuenta de que en realidad no crecí nada, que sigo cometiendo los mismos errores, que sigo sembrando expecativas aún sabiendo que después voy a vivir ese algo como una experiencia más mediocre en mi mediocre vida.

Es uno más de esos textos que no tienen un hilo coherente para seguir. Pero yo ya de por sí soy incoherente, no aprendo de nada y cada vez sufro las cosas un poquito más que la vez anterior. Con o sin lágrimas, lo sufro. Me fastidia pensar que eso que tanto necesito y que iba a ser una experiencia inolvidable (percátense de que sigo sembrando expectativas, por dios), va a destacarse, sí, pero por lo mediocre que va a parecer.

Chau.

12.11.09

"Más de lo que mi cuerpo, mente y alma parecen poder soportar"

Falta poco y parece una eternidad. Lo deseo con toda mi alma, sin embargo, todos los julios consisten en anhelar los últimos días de clase. Sé que en otra línea temporal (ja!) estoy deseando con toda mi alma que sea noviembre, sentir ese calor inmenso en los pasillos del colegio, que el sol llene las aulas de luz y también de una calidez incomparable.

Ahora que me acuerdo, el colegio en julio es un asco. Oscuro, frío, sin vida. Sí, me gusta noviembre en el colegio. Pero, claro, como todo, siempre queriendo algo que está por venir. Nunca disfrutando el ahora. Ya ni me quejo porque es algo incambiable, es un defecto que va a perdurar generación tras generación. Pobres mis hijos, Pobres mis nietos, pobre de mí. Pobre de mí que estoy resignada a que la felicidad sea siempre una utopía inalcanzable, pobre de mí que ya acepté que en mi hoy nunca voy a estar cien porciento bien, porque siempre voy a estar esperando ese mañana. (De todas maneras, insisto en que esa utopía es la que nos hace seguir vivos. Imagínense que cuando seymour glass llegó a la felicidad extrema optó por el suicidio porque ya había logrado la experiencia que justifique su existencia. Yo prefiero ser como holden, perdida y buscando, toda la vida buscando. Ese es el sentido de mi vida, sin duda)

26.10.09

Un favor al emisor

Una lágrima marrón cayó sobre la hoja blanca, que pedía a gritos un poco de coherencia. Otra gota, esta vez de color celeste, se encargó de callarla. El pedazo de papel negó, por un rato, su desacuerdo con esa ola de palabras sin sentido que descansaba en ella. Un rato después no se aguantó. Las lágrimas marrones y celestes no hacían más que hacer más evidente la situación bizarra que ese pobre retazo de papel estaba teniendo que aguantar. Se prendió fuego y, no se sabe bien como, las cenizas nunca aparecieron.

13.10.09

U r my drug

No sé bien cómo funciona ésto, debe ser que sos algo así como una droga que me da un rato de felicidad extrema (en la que recibo una buena dosis de algo así como cianuro). Me deja feliz por un rato, sí. Aún después de que te diste media vuelta y te fuiste a no-sé-bien-dónde. Pero más tarde, se cae el mundo. "No más", me digo. Pero ahí estoy, la noche siguiente, de vuelta, sintiendo esa primavera en ese ratito con vos, para después un otoño eterno y pleno como nunca. "Mejor que falte y no que sobre", me recomiendan por ahí. Nunca va a sobrar, les explico. Siempre me dejás ahí queriendo un poco más, sufriendo tu ida y esperando todo el tiempo tu presencia.

Sos mi droga, mi perdición, mi utopía, mi odio y mi felicidad. Que algo tan lindo me haga mal, es una pena. Definitivamente.

21.9.09

Primavera dosmilnueve

Tal vez porque el clima no fue tan primaveral; tal vez porque estaba fastidiada por algunas cosas o porque llegué tarde y ya el sol no estaba arriba de todo. La cuestión es que no me llenó el alma como la primavera pasada. Otra teoría es que puse mucha ilusión en éste día, en todo lo que me iba a dar y a transmitir, y lo exageré un poco. No lo sé, pero no me siento llena como me sentía la primavera pasada. O como creía que me sentía.

Sin embargo, sigo esperando esos aires primaverales que, estoy segura, ya van a llegar. Sigo creyendo que la primavera no sólo trae flores, si no también felicidad. Insisto con que con el sol más alto, los días más largos, las flores en su máximo esplendor, esta etapa va a ser mucho más llevadera. Optimismo, exactamente.

9.9.09

Pleno desliz

Sentirse pleno, qué sensación. Me gusta sentirme plena y notarlo. A veces abrazo a papá y ya me llega esa sensación. De querer que el momento sea eterno, y a la vez de guardarlo bien adentro para abrazarlo en mi mente cuando por cualquier razón no lo tenga al lado mío. Esas canciones que escucho y me reviven el alma, esas que las escucho cien veces diarias y hasta en la ciento uno saca lo mejor de mí. También me pasa algo así en momentos en los que estoy con todas personas que adoro, las tengo a todas juntas conmigo, y estamos pasando un momento agradable. Lo siento, me doy cuenta. Pienso: que no se termine nunca.

Por ejemplo, me quedó en la mente una vez con toda mi familia tirados en el pasto. Algunos en reposeras, otros cuantos en una lona en el piso. Las más chiquitas (que para ser sincera no lo son ni un poco) hacían un poco de deporte, mientras que los otros estábamos tirados. Deseaba con toda mi alma que dure toda la vida. Estábamos todos contentos, relajados, tomando sol y con la mente totalmente libre. Pero como todo buen momento, concluyó.

A pesar de todo, logré guardarlo. Hoy lo recuerdo y casi podría decir que vuelvo a disfrutarlo. Creo que no hay cosa más linda que esos momentos en los que uno siente que no puede pedir más. Que te llenan el alma, te reviven si te sentiste medio muerto, te iluminan si estás en un día nublado, y te absorben la lluvia si encima te llueve el alma. De eso hay que vivir, de esos momentos. Que, como las mejores cosas que existen en la vida, llegan solas. Así que, a vivir. Esperando toparnos con momentos de plenitud sentimental, pero no buscándolos. Mientras tanto, disfrutando de cada pequeña cosita que nos haga sonreir (sin duda eso de ser feliz con las pequeñas cosas es mi lema de vida, falta que lo implemente, supongo)

31.8.09

El efímero mundo de la utopía de soñar

En el campo de lo que a mí me gusta llamar vida real, no todo es posible. Si bien de chica la idea siempre me simpatizó y hasta llegué a creerla, un buen día (que aunque no recuerde, supongo que debe haber sido difícil y doloroso) entendí que hay proyectos que nunca vamos a poder concretar, cosas que no vamos a poder hacer, ideas que van a morir en el mismo lugar donde nacieron: nuestra cabeza.

Sin embargo, hace un tiempo descubrí un lugar en donde se consigue todo lo que se quiere. Cualquier idea loca que se haya producido en nuestra mente puede llegar a concretarse de un momento a otro. Puedo volar sin estar encima de un avión, aparecer en el país de las hadas sin haber consumido ninguna sustancia rara, volver a ver a mi abuela sin necesidad de tomarme un bondi hasta el cielo.

El utópico mundo de los sueños es mi medio de transporte a todo lo que en vida real no puedo concretar. Muchos pueden considerar el hecho de soñar una actitud mediocre. Una herramienta que utilizan quienes no pueden lograr cosas en su vida. Sin embargo, yo creo que es mediocre no animarse a soñar. Privarse de semejante lujo por temor a imaginar cosas que luego se convertirán en una desilusión al no ser concretadas.

Hoy opto por soñar. Ser feliz en esos ratos de vuelo efímero, ya sea en el bondi o en plena clase de geografía. Los sueños son mi motor para después implementarlos en la vida real, exacto.

4.8.09

El sol es ciego

A veces llueve. Llueve y parece que no va a parar nunca. Que por la ventana no vamos a ver más que agua caer, rayos llenar el cielo con sus colores poco claros. Pero para. Primero deja de llover, después empiezan a moverse las nubes. Se corren para los costados, teóricamente. Pero podríamos jurar que desaparecen. Mágicamente, el cielo se torna celeste. Y, ahí está él. Reluciente como siempre, como si hace unos minutos no hubiera estado el cielo oscuro y desesperanzado. Nos llena con sus rayos, nos revive. Es que sí, él nunca se fue. Estuvo siempre ahí. En cambio la lluvia es temporal. "Siempre que llovió, paró". Pero incluso cuando llovió, él siempre estuvo. Siempre ahí, dando la cara o escondido, pero el sol siempre está.

17.7.09

Delirio de una noche neutra

No tengo nada para decir, hoy totalmente.
Estaba harta de la entrada anterior, inclusive no me gusta cómo quedó.
Varieté a cajón abierto, tiranosaurio rex, isn't it ironic, take these broken wings and learn to fly, navegando sin mar, el futuro llegó hace rato, siento que tengo dos oídos para escuchar y dos pies para ir tropezando, desvaneciendo como pompas de jabón, razones que la razón desconoce, siento ganas nuevamente de tirarme a tus pies y llevarte a mi morada otra vez.
Conceptos insignificantes para ustedes e hiper importantes y con sentido para mí. Let there be love. Gbye!

1.7.09

Son las 00:52 según la computadora. Ahora 00:53. No me extrañaría que esté equivocado, siempre las computadoras tienen la hora mal. Podría fijarme en el reloj rosa que tengo en la mano. De hecho lo acabo de hacer. Excepcionalmente es correcto y está hasta coordinado con la computadora. 00:53. Aunque mi reloj acaba de cambiar a 00:54 y la computadora se mantiene con el anterior. Números totalmente insignificantes. Ninguno me transmite nada, no me hace acordar a nada, nunca me pasó nada con esos números. Miento. El colectivo 53 es el que me tomaba cuando iba a la primaria para ir a la casa de una amiga. "La latita", le decíamos. Es tan antiguo y tan feo que me alegra que se haya mudado así no tengo que tomarlo más.
En fin, el punto es que es tarde y todavía tengo que bañarme. Y mañana va a estar sonando el despertador a las 6:45, voy a apagarlo (como todos los días), a seguir durmiendo (como todos los días), y mamá va a gritarme a las 7:00 que si estoy despierta. Yo le voy a contestar que sí y me voy a levantar apuradísima, preocupada por no llegar tarde. Finalmente voy a llegar puntual. Qué suerte.

¿Por qué se me hizo tan tarde? El maldito trabajo de economía que me preocupaba. ¿Por qué lo estaba haciendo recién, en un horario que no suelo destinarme para hacer cosas? Porque era para el martes, y no hay clases, y me asusta que a la profesora le agarre un raye de aquellos y lo de para el viernes. Qué aplicada que soy. Volvamos a lo que nos (me) compete. Vacaciones desde el Lunes 6. Fue motivo de alegría cuando me enteré. Mi subnick dejó de estar vacío (cuando pongo una frase en el nick no me gusta poner una en el subnick) para decir alegremente: vacaciones desde el lunes 6. Un amigo me habló y me retó. Medio en joda, lógicamente. Pero lo saqué en seguida.

¿Puede ser motivo de festejo algo como ésto? El hecho de que hayan habido tantas muertes por la gripe a, que cierren los colegios por PELIGRO. Porque, usemos la cabeza. Nunca los sacan las clases porque sí. Entonces, notemos la gravedad del tema. El punto al que se llegó con esta maldita gripe. Tantos avisos, tanto hablar en los noticieros, pero no hacemos lo mínimo para que no se siga propagando la enfermedad. Está bien, somos chicos, no queremos clases, nuestra mente se limita a eso. Pero, ¿tiene que ser así? Abrámosla. Hace unos días que me propongo empezar a mirar el noticiero. Cada vez me interesa más. Seguramente se deba a que quiero ser periodista, pero no me quiero ir por las ramas. No pretendo que todos los adolescentes miremos el noticiero ni mucho menos. Si no que estemos informados de algo tan grave como la gripe porcina. Las maneras de prevenir, ya sea comprándose alcohol en gel, llevando un barbijo, o simplemente no siendo idiota permitiendo que te escupan la cara.

Es tema de todos y no es tema de nadie. Como siempre. Siempre pasa a los otros y nunca uno mismo. Hasta que pasa y tal vez es tarde. Me deprime pensar que el lunes voy a tener que estar encerrada en mi casa. Más me deprime pensar que no voy a hacerlo, que si bien no voy a ir a fiestas superpobladas, seguramente me reúna con mis amigos. Soy incoherente y también un ser humano. Creo.

Hasta mañana, era por ésto que no podía ir a bañarme tranquila e irme a dormir. Mas que trabajo de economía ni trabajo de economía. Ahora sí, tengo la mente libre. Be happy porcinitos.

13.5.09

Ya no llueve sobre mojado

Ayer y hoy se repitió una situación linda y extraña. En noviembre del año pasado (2008), tuve una crisis personal. Duró todo noviembre y fue en consecuencia de la exigencia del colegio a esa altura de año, el cansancio mío que desenvocaba en peleas diarias con mamá y papá. En fin, ese no es el punto. O algo así. El tema es que yo solía escuchar ciertas canciones (a mí las bandas me duran épocas, no soy fana toda la vida de cierto cantante). Entonces, ayer a la noche en la computadora y hoy mientras esperaba a tener educación física en el mp3 de una amiga, escuché una canción que me revivió todo lo que sentía en esas epocas complicadas. Llueve sobre mojado. No paraba de escucharla, y sentía que me identificaba, que seguían pasando cosas malas sobre una base ya mala de por sí. Pero la canción era hermosa y por ese rato que la escuchaba, me hacía bien. Lo raro es que cuando la escuché, me sentí aún mejor. Fue como darme cuenta: no estaba tan mal, es la sensación. Me dieron hasta ganas de volver a noviembre de segundo año. Con esa prueba de historia que estudié decenas de horas (lo juro), esas discusiones diarias (literalmente) con mis viejos, esa sensación de que mi vida no tenía sentido alguno. Entonces otra vez concluí: uno siempre siente que lo que está viviendo hoy es neutro. Sin emociones. Que la canción que ahora mismo está sonando en tus oídos no significa absolutamente nada y nunca lo va a hacer. Que el saumerio (el último de la caja) que ahora está prendido y te da ese olor asfixiante no te va a causar nada cuando vuelvas a olerlo. Pero es un error, tan grave como lógico e inevitable.

Hoy otra vez siento que estoy en la nada. No, no estoy en crisis, eso espero para noviembre. Siento otra vez que vivo y vivo y bueno, sí, vivo. Pero desde ahora tengo la certeza que cuando en noviembre esté estresadísima y escuche Clásica y Moderna o I'm Yours, va a llegar una sensación hermosa y de felicidad que me va a hacer sentir lo bien que estaba en Mayo. Que lo entienda no significa que vaya a hacer algo para prevenirlo, porque no se puede, ¿cómo se previene lo que uno siente respecto a lo que se está viviendo? "Ojalá los sentimientos pudieran elegirse" (cuántas veces repetí esto, por Dios..)

24.4.09

Implosión

Historia. Ciudades y zonas rurales. Fábricas. Capitalismo. Obreros. Salarios bajos. Máquinas. Revolución industrial. Arado de hierro. Burgueses. Circulación del dinero. Latifundios. Terratenientes. ella. ella. ELLA.

Mi mente estaba tranquila (aunque bastante aburrida), escuchando al todavía-no-querido profesor de historia cuando, no sé bien cómo ni por qué, apareció su imagen en mi cabeza. Empecé a acordarme de momentos que vivimos juntas. Ella y yo, yo y ella. Y mis hermanas. Y tal vez papá y mamá. Y mis primas y los tíos. Un recuerdo en parte alegre y en parte nostálgico. Un rato después me encontré imaginándome sus últimos momentos. Esos que yo, por suerte, no tuve que ver. Pero papá sí. Me desvié pensando en cómo los sufrió él. Casi se me escapa una lágrima. Lo evité. Supe que si salía una, salían mil. Y... recien estamos en abril. Todavía no es momento de estallar.

2.4.09

Todo llega (cuando menos lo esperás)

Mamá no quiere que salga el miércoles que viene a la noche, porque dice que jueves y viernes santo son una fecha para reflexionar y no para utilizar como feriado común y poder salir. Lo que yo pienso a todo esto (y claro que se lo dije), que para pensar en el espíritu (ella pretendía que en eso piense), no se necesita un día, no se necesita faltar al colegio ni que te digan "hoy hace muchos años murió Jesús", ni "hoy hace muchos años resucitó Jesús". Si no que, las mejores reflexiones y conclusiones son las que llegan en los momentos más espontáneos, menos esperados.

Puede pasarte cuando volvías del colectivo y estabas prestando atención sólo a la música que sonaba en tus oídos; cuando te estabas bañando y cantabas (o mejor dicho gritabas) con toda tu energía esa canción que no para de darte vueltas por la cabeza, o cuando estás en el boliche meneando a más no poder. Parece gracioso, pero en realidad cuando uno más busca esa "reflexión religiosa", es cuando menos llega. Y, sorprendente pero positivamente para mí, mamá me contestó: sí, es verdad, en eso tenés razón.

29.3.09

Por miedo estoy retractandome. Me doy más pena que nunca. Okey, ya me voy a arrepentir. Ahora, voy a decir NO.

24.3.09

Ausente-Presente

Hace una hora que estoy mal. Hace un mes que no actualizo este blog. Hace un año que el cielo tiene a un angelito más. Hace 33 años fue el golpe de estado que destruyó un país, miles de familias, tantos sueños... Pero no vengo a hablar de historia. No vengo a enseñar nada a nadie. No voy a hablar de lo que no sé, de lo que no estoy segura.

Hace un año me dejaste, como ya dije. Suena significativo. A mí no me duele más que ayer. O sí, pero es gradual como cada día que pasa, que el dolor se incrementa un poquito más. Tan poco que a veces es imperceptible. Te extraño. Como siempre. O un poquito más. Creo que lo doloroso de estas fechas es decir: pasó un año. Cuando el tiempo pareció ser tan poco. Uno cae en la cuenta de hace cuánto que le falta una compañía que parecía necesaria. Nos surge la duda existencial: ¿cómo hice para estar sin vos? Siempre se sigue. O por uno mismo, o por quien se fue, o por quienes quedan. O por todos. Y algunos bajan los brazos. Pero yo no soy de esos. Lo hago por vos y por mí. Y te extraño mucho, pero te tengo conmigo. Adentro de mí, y a veces te juro que te siento. Y no hay sensación que me haga más feliz.
Te quiero mucho y tu presencia física se extraña. Pero sí, yo sé que estás.

24.2.09

En crudo

Qué bueno que te curaste, Mary. Sería interesante que quienes toman como ejemplo la anorexia de MK, también tomen su recuperación. Pero, claro, es una enfermedad (no entiendo por qué me cuesta tanto metérmelo en la cabeza). Sólo digo que lo primero para no caer en la bulimia o la anoréxia es tener bien claros los principios. Tratar de, aunque sea un uno porciento, ser ajeno a la realidad, a la sociedad cien porciento superficial que nos rodea, a los medios, a la publicidad; y volver a lo que nos enseñaron papá y mamá cuando éramos chiquitos: LO QUE IMPORTA ES LO DE ADENTRO. Lo otro es una capa, es lo que nos protege (si todo nos pegara en el alma, ahí sí que sería horrible). Esto sería para hacer razonar a una bulímica o una anorexica, pero hay que comprender que no están en estado de reflexionar con una impaciente e intolerante como yo. En todo caso con un buen profesional. Pero igual lo digo: nunca van a estar conformes. Van a seguir vomitando o haciendo estúpidos ayunos, para que cada vez se vean más sus horribles costillas. Y todavía sin aceptarse, sin quererse, siguiendo viendose gordas. O sea: la meta es morir. No sé si voluntaria o no (seguramente habrá casos y casos), pero no creo que sea de otra manera. Porque hasta que no se ven conformes con sigo mismas, no paran (salvo que se empiecen a tratar). Y como nunca van a estar conformes, nunca van a parar. ¿Y dónde hay un STOP automático? Sí, señores, en la muerte.

*Lease: soy impaciente, intolerante y me gusta la realidad CRUDA. Si no gusta y parece fuerte, perdón, pero así de asqueroso es el mundo en que vivimos.

11.1.09

Sol arena y mar es todo lo que t e n g o ahora

Hola. Estoy feliz. Mentira, bueno: sigo pensando lo mismo, eso de que la felicidad es una utopía, que no es una realidad cuando uno lo piensa cotidianamente, pero sí cuando es relativo. Quiero decir: yo tengo la mejor familia de la tierra, salud, excelentes amigas. "Soy feliz", es relativo. Porque como hablaba con Copo mientras caminabamos por la orilla del mar: la felicidad es algo a lo que uno siempre aspira, siempre se esfuerza para llegar a eso, pero en realidad mientras estemos vivos, nunca vamos a ser 100% felices. Porque por tan "quisquillosos" y "falsos creyentes en la perfección" que somos, a pesar de que sabemos que es totalmente imposible, seguimos creyendo que el día de mañana todo lo malo va a pasar y cada aspecto de nuestras vidas va a ser un paraíso.

Fin. Pero estoy feliz. Relativamente y cotidianamente. No 100%, 95. Las cosas están dándose muy bien. Hoy en el fogón en la playa voy a meterme al mar a la noche. Con ropa. Y a secarme al lado del fuego. Así voy tachando las cosas que quiero hacer antes de morirme. Que va a ser dentro de mucho. Pero quiero empezar desde ahora: 1... 2... 3...!