porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

26.12.08


Ah, la verdad no puedo explicar lo que se siente. Me encanta mi casa, pero creo que ella necesita un respiro de nosotros, y por éso no está dando lo mismo. Abandonar ese cuarto que ya era una mezcla insoportable de saumerios de distintos sabores, ésta silla que ya es demasiado incómoda. La computadora es fantástica: pero, por obsesionada tal vez, siento que está tardando un segundo más en abrir el MSN que cuando la compré. Mi cama tiene un hueco y pide a gritos que me vaya para rellenarlo con el tiempo. Me voy, sí, me voy ya. Mañana, no ya, aunque yo lo necesite en este instante y la sensación de espera sea igual a la que tuve hace una semana, un més. Todavía no caigo mucho. Digamos que "son vacaciones", algo común y de cada año (por suerte). Pero éste año lo siento distinto. Hice mucho, me esforcé aún más para seguir adelante, lloré como ninguno pero también reí como pocas épocas. Necesito descansar de todo y prepararme para enfrentar el 2009. Prepararme para lo peor, después si es mejor será una linda sorpresa. Ahora eso no me importa. Mi cabeza piensa sólo en este mes próximo que es lo único que me incentiva a escribir la ele y la ve corta. La efe y la equis y todas las letras que escribí acá. A estar a punto de poner "upload" y a sellar con un: extrañenme mucho. O poco, pero extrañenme por lo menos.

20.12.08

Sin repetir y sin soplar

Estaba por responder una firmita en en texto sobre la suerte, cuando concluí que a veces, el tener suerte perjudica. O el esperar a la suerte, la existencia de ésta es negativa, en muchos casos. Uno se desentiende de temas porque "voy a tener suerte", o cuando las cosas funcionan mal sucede que "la suerte me abandonó". Entonces no aprendemos nada del error y vuelve a pasar, y volvemos a echarle la culpa a la suerte.
La suerte es más bien un factor desencadenante. A partir de eso, saltamos con "no tuve suerte", o con "fue todo mérito mío". Es así, si funcionó mal, no tuvimos nada que ver. Y si todo salió diez puntos, "fui yo quien lo logró".
Por eso digo, los que creen en la suerte, sin duda, tienen por lo menos un defecto: el creer en la suerte.
(¡Me incluyo! Pero les aseguro, tengo más de uno sólo).

3.12.08

Hoy no cuenta

Para odiar hay que querer. Para destruir hay que hacer.

Si las cosas son no tan buenas, malas, horribles, y hasta desastrozas, es porque en algún momento fueron no tan malas, buenas, hermosas y hasta inmejorables. No hay lección esta vez: simplemente estar dispuestos a entender que un "te odio", lleva consigo más cariño que el que uno puede imaginar. Es una excusa fantástica para el buen humor de aquellos que siempre miran al pasado, "te quise", y el "ya no", no les molesta, no les modifica, lo que es presente no afecta: son muchos quienes sólo miran lo que fue.