porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

25.9.08

Resignación, (des)entendimiento... WHATEVER.Descubrir el bienestar en las pequeñas cosas y poderse mentir con el "no me importa". Lo segundo es muy fácil conseguir: es extremadamente sencillo engañar a nuestra propia cabeza. Pero lo primero es, definitivamente, más complicado y más importante: el no encontrar un incentivo se debe a que no existe incentivo. O mejor dicho, no tiene que existir una cosa de la vida que te de ganas de vivir. Tienen que existir muchas, tal vez pequeñas, tal vez insignificantes para los ojos de cualquier persona. Pero para los ojos internos, para la percepción, son más grandes que el universo (infinito). Porque al lograr esto, ya nada puede sacarnos las manos del cielo.

(así explican los que saben de inglés:
http://ar.answers.yahoo.com/question/index?qid=20071111011957AAx0aHZ).

21.9.08

Primavera dosmilocho

Ese aire primaveral que, a pesar de que hoy estuvo tal vez más fresco que hace una semana, no se puede evitar sentir. Caminar por entre los arbustos: parece otro el lugar. No parece que ayer era por ahí por donde caminabas. A partir de mañana vas a escuchar los pájaros cantar, las flores renacer, las nubes desaparecer. Es automático: pasás el 21 de Septiembre y todo cambia. Mejor que sea así: ya estabas harto de de todo lo anterior.

20.9.08

Todo cambia. Y no por borrar las estúpidas entradas de un blog: ésta es la exteriorización. No por cambiar los colores ahora mi vida es gris. Al contrario, pero tampoco por haber cambiado una página de internet es que todo cambió. Hubo una reflexión previa de la que ahora no me interesa hablar. Pero a veces, está bueno engañar a los ojos ajenos. Está bueno que piensen que se van a encontrar con más confesiones tristes y estúpidas cuando, simplemente van a VER. Tranquilos, yo tampoco estoy entendiendo lo que quiero decir. Pero ahora, como la mayoría de las cosas principalmente sin importancia, no son importantes para mí. No es redundancia. No es repetir. Hasta hace demasiado poco, cosas insignificantes me parecían inmensamente relevantes. Hoy, me considero, por lo menos en éste aspecto, una chica común. Bah, no común. Porque parece que hoy, la normalidad, es no ser normal. ¿Se entiende? ¿No? ¡NO ME IMPORTA!